Au revoir, le Concorde

Seguimos hablando de lujo. Y es que ayer, día 24 de octubre de 2003, el Concorde hizo su último vuelo comercial. Después de casi 26 años en servicio, un Concorde despegó por última vez en el aeropuerto de Londres con rumbo a Nueva York, repleto de invitados de la aerolínea. El único avión supersónico de pasajeros no ha podido aguantar más, debido sobre todo, al alto coste que suponía cada vuelo, y a los problemas de seguridad surgidos a partir del fatal accidente en el que uno de los aparatos se estrelló nada más despegar, el 25 de julio de 2000 y en el que murieron 113 personas. La pequeña capacidad del avión, el alto consumo de combustible, etc, hacen que, ni cobrando el pasaje a casi 7.000 euros (ojo, sólo ida), se haya podido mantener la línea en servicio.

Ya nadie podrá repetir el vuelo transatlántico desde París o Londres a Nueva York (o viceversa) en poco más de tres horas, desayunando champagne con caviar, o comiendo foie a las finas hierbas. Y ya nadie podrá levantarse por la mañana en su casa de París, comer en un restaurante de la Quinta Avenida de Nueva York y asistir a una noche de ópera en el Covent Garden Royal Opera House de Londres en un mismo día. Una pena, para aquellos que puedan hacerlo.

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MOMA, The Museum of Modern art of New York